Este viernes tuve la oportunidad de vivir de cerca el #CodeFest2025 en la capital del Eje Cafetero, y todavía sigo con la energía encendida. Estar allí, en medio de tantas mentes creativas y proyectos vibrantes, fue sentir cómo la tecnología y el pensamiento computacional están empujando a la educación hacia un futuro completamente distinto.
El evento, organizado por el British Council junto a la Fundación Luker y la Secretaría de Educación de Manizales, se convirtió para mí en un laboratorio vivo donde la competencia, la colaboración y la creatividad se mezclaron sin fricciones. Ver a los estudiantes aprender, experimentar y compartir hizo evidente que estas iniciativas no solo enseñan a programar: despiertan una nueva forma de pensar, una manera más estructurada, lógica y poderosa de enfrentarse al mundo.
Durante la jornada recorrí cada reto y actividad. En la Feria de Proyectos del Tinkering Challenge pude conversar con equipos que explicaban con orgullo cómo habían construido desde mecanismos simples hasta prototipos que resolvían problemas reales. Más tarde, al acompañar los desafíos de programación y de computación física, presencié cómo se iba formando “El Parque del Futuro”: una maqueta colaborativa que no solo simbolizaba innovación y sostenibilidad, sino el potencial transformador de lo que los estudiantes pueden lograr cuando se les da libertad para crear.
Estar en el Fondo Cultural del Café – CAM Manizales este 14 de noviembre de 2025 fue para mí más que asistir a un evento. Fue presenciar, en tiempo real, cómo el pensamiento computacional está reescribiendo la manera de aprender. Ver ese impacto tan tangible me confirmó que vamos por el camino correcto: uno donde la educación se vuelve un espacio para imaginar, construir y transformar.
Un día lleno de aprendizaje, creatividad y tecnología en acción. Sin duda, un éxito total.



















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